¿Por qué y cuándo se opta por esta opción?
No siempre se reúnen las condiciones necesarias para asegurar la recreación de una vagina funcional utilizando la piel de pene y escroto. Cuando no hay garantías de poder conseguir nuestro objetivo con estos tejidos es cunado optamos por el colgajo de colon como recurso para conseguir una neovagina de profundidad suficiente.
En estos casos utilizamos una porción de colon (intestino grueso), concretamente la porción del recto-sigma (el último tramo de este) para tapizar el canal vaginal creado. Se obtiene una sección de unos 15-20 cm de sigma que se movilizan hasta el canal neovaginal previamente abierto según el mismo procedimiento que se utiliza en la técnica de inversión peneana. Esta porción de sigma mantiene su flujo sanguíneo gracias a la persistencia de los vasos que le garantizan su aporte y, por consiguiente, su vitalidad. Tras haber individualizado una porción necesaria de colon-sigma y haberla preparado para su movilización, el canal colónico se restaura a fin de que mantenga su normal funcionamiento, el tránsito colónico se restaura con normalidad.
La porción ya individualizada de sigma es ubicada en su nueva posición, el canal neovaginal. Esa sección de colon-sigma tiene dos extremos, el profundo se cerrará para configurar un fondo de saco, el contrario abocará a la superficie del periné en la localización exacta del introito vaginal; por delante del ano y por detrás de la uretra.
¿En qué consiste la intervención?
La mayor parte de la intervención se desarrolla en paralelo a la técnica de vaginoplastia por inversión peneana; la diferencia estriba en la inclusión de un tiempo de trabajo intrabdominal en el que se preparará la sección de colon-sigma que será destinada para tapizar el canal vaginal previamente abierto.
Se han eliminado los testículos, resecado los cuerpos cavernosos, preparado la uretra e individualizado el futuro clítoris con sus nervios.
Se aborda la cavidad intestina, se identifica una sección de 15-20 cm de colon que se considera más propicia para ser utilizada, por su localización de proximidad al canal vaginal. Con sumo cuidado se prepara, de identifican lo vasos sanguíneos y se separa progresivamente de las estructuras que lo rodean. Una vez preparado se procede con la maniobra de individualización; se separa esa porción del resto de colon dejando dos cabos, uno proximal y otro distal, que se empalmarán para asegurar la continuidad del tránsito y, por tanto, la funcionalidad del intestino grueso hasta el recto. La porción de sigma que ha sido separada presenta ahora dos extremos, el extremo más profundo, el que quedará en el interior, se cierra creando un fondo de saco. Seguidamente se introduce el colgajo por el canal neovaginal previamente creado y se acompaña hasta su ubicación definitiva. El extremo exterior se sutura con la piel perineal donde se recreará el introito vaginal.
Duración de la Vaginoplastia por inversión peneana.
La cirugía acostumbra a tener una duración de entre 6 y 8 horas.
Anestesia para la Vaginoplastia por inversión peneana.
Se realiza bajo anestesia general.
Régimen hospitalario para la Vaginoplastia por inversión peneana.
Por norma general la cirugía requiere que la paciente permanezca ingresada entre 5 y 7 días.
¿Cómo evoluciona y cuándo se ven los resultados?
Después de su recuperación, la paciente tendrá una vagina funcional, anatómica y estéticamente similar a la de cualquier mujer.
Pasará el primer par de días en cama, trascurridos los cuales la paciente podrá sentarse y empezar a caminar de forma paulatina. En el caso de la vaginoplastia con colgajo de sigma, el taponamiento se retirará al tercer-cuarto día, momento en que se iniciarán los lavados vaginales, aunque aún sin realizar la dilatación.
La primera dilatación se realizará a la semana de la intervención, se enseñará a la paciente cómo hacerlo por sí misma ya que, a partir de ese momento, deberá realizar esas mismas dilataciones dos o tres veces al día.
El intestino habrá normalizado su función en poco tiempo por lo que el tránsito intestinal estará completamente restaurado en el momento del alta. Siguiendo los protocolos de cirugía intestinal la paciente estará en ayunas durante las 24h posteriores a la cirugía, trascurrido este periodo, se retomará la tolerancia oral de forma progresiva.
La paciente será dada de alta con sonda vesical. Sonda que se mantendrá durante dos semanas más.
Poco a poco la paciente irá progresando con las dilataciones; irá incrementando la profundidad de las mismas y el grosor de los dilatadores empleados; eso permitirá estabilizar el canal y asegurar la funcionalidad plena del canal vaginal.
Con el tiempo, si la paciente mantiene relaciones sexuales de forma “habitual” podrá abandonar las dilataciones, si bien se recomienda que mantenga el hábito de dilatarse con cierta periodicidad.