La mama tuberosa o, comúnmente, caprina es aquella que presenta una malformación derivada de una anomalía en la expansión radial de la mama durante su desarrollo puberal. Debido a una restricción fibrosa, la mama no puede abrirse y crece hacia adelante en forma de tubo. Se caracteriza por una areola desproporcionadamente grande y una morfología que, en mayor o menor medida, se asemeja a un biberón.
¿Indicada en..?
Se trata de una malformación mamaria congénita, evidenciable tras el desarrollo puberal, por lo que toda aviente afectada puede ser candidata a una cirugía reconstructiva.
¿En qué consiste la intervención?
La mama tuberosa acostumbra a ser hipoplásica, pequeña, y, en ocasiones, cuando es más grande, tiende a estar caída.
Se trata de un procedimiento reconstructivo en el que, al tiempo que se realiza una mamoplastia de aumento o una mastopexia, se actúa directamente sobre la glándula para liberarla de las estructuras fibrosas que la mantienen “encarcelada”, permitiendo de esa forma una mayor distribución radial del tejido glandular y la pérdida de la morfología tubular.
Las particularidades de cada caso y la técnica más apropiada deberán ser discutidas con el cirujano, quien planteará las posibilidades desde una visión global, analizando las características de la mama, el tórax, los deseos de la paciente…
Duración de la cirugía de Mamas tuberosas
El trabajo sobre la glándula incrementan sutilmente la duración de la cirugía, desde hora y media cuando practicamos un aumento mamario hasta algo más de tres horas cuando requiere una elevación con cicatriz en T.
Anestesia para la cirugía de Mamas tuberosas
Se realiza bajo anestesia general.
Régimen hospitalario para la cirugía de Mamas tuberosas
El ingreso de una noche es la recomendación habitual, por lo que la paciente es dada de alta al día siguiente de la intervención.
¿Cómo evoluciona y cuándo se ven los resultados?
Los resultado son evidentes desde el primer momento, apreciándose la pérdida de la tuberosidad y objetivándose una normalidad en la morfología de la mama.
El proceso inflamatorio es algo más largo que en la cirugía estándar pero la evolución no difiere mucho de un aumento mamario.
Presentando una notable autonomía desde el primer momento, existen molestias, bien toleradas, durante la primera semana, transcurrida la cual, la paciente realiza una vida, con algunas restricciones, prácticamente normal.
Deberá llevar sujetador sin aro, al igual que la banda, durante el primer mes. Una vez transcurrido este periodo, la paciente podrá retomar la actividad deportiva y se encontrará casi al 100% de su actividad normal.
Como toda cirugía mamaria, el proceso se prolongará durante algo más de seis meses aunque la paciente disfrutará de un pecho estético, proporcionado, bien posicionado, armónico y con la tuberosidad corregida transcurridas pocas semanas de la cirugía.
En fases iniciales puede existir cierta alteración sensitiva que se normalizará conforme vayan pasando los meses.