La radiofrecuencia es un procedimiento médico, no invasivo, que permite mejorar la laxitud de la piel y, por consiguiente, los signos de envejecimiento mediante la transmisión de energía.
Mediante unos manipuleos aplicados sobre la superficie de la piel se canaliza energía que consigue aumentar de forma selectiva la temperatura de la dermis, ahí ésta incide con las fibras de colágeno provocando su acortamiento; paralelamente también actúa sobre los fibroblastos (células sintetizadores de colágeno) estimulándolas para que sinteticen nuevo producto. La suma de todo ello es una piel más tersa y luminosa, más joven.
¿Cómo se aplica?
Se realizan sesiones de duración variable, entre 30 y 90 minutos, en las que, mediante un manipulo refrigerado se aplica la energía deseada en las zonas afectas. Puede notarse una ligera sensación de calor, no molesta, en las zonas tratadas y, al acabar la sesión, éstas pueden mostrar un ligero enrojecimiento.
El objetivo es buscar una reacción tisular como resultado de la acción del calor, por lo que el resultado no es inmediato, se presenta de forma gradual conforme los tejidos, fisiológicamente, responden al estímulo.
¿Cuánto dura?
El efectos se va percibiendo, de forma paulatina, a partir del mes, llegando al efecto máximo en, aproximadamente, 4-6 meses.
La duración es variable, recomendándose por norma general la realización de sesiones de mantenimiento para asegurar la durabilidad de los resultados.