Bottoming out vs efecto cascada
Hoy os hablamos de dos conceptos de los que cada vez más os escucho hablar en la consulta y sobre los que me preguntáis con frecuencia, pero sobre los que intuyo existe mucha confusión.
Me refiero al “Bottoming out” y al “Efecto cascada”, ambos efectos no deseados en el contexto de la cirugía mamaria que se pueden presentar en el corto, medio o largo plazo como resultado de complicaciones evolutivas del resultado..
Es importante, de entrada, situarnos. Los definiremos en un momento, pero tenemos que entender que son extremos opuestos de una disociación protésico-glandular; situación que se produce cuando implante y glándula se comportan de forma distinta e independiente, de tal forma que uno de los dos se desplaza hacia abajo mucho más que el otro.
¿Qué es el “Efecto cascada”?
Hablamos del “efecto cascada” cuando, conforme pasa el tiempo, la glándula desciende por delante del implante que se queda en una posición relativamente estable. Progresivamente la glándula se descuelga, como el agua de una cascada, sobre la prótesis.
Puede dar pie a confusión, pensando que es el implante el que ha quedado alto, pero, en este caso, es la mama la que ha descendido más de lo esperado. Es muy importante diferenciarlo de una mala posición del implante o de un encapsulamiento mamario.
¿Qué es el “Bottoming out”?
De forma contraria, el “Bottooming out” se produce cuando es la glándula la que se mantiene relativamente estable mientras el implante desciende de forma mucho más evidente.
En este caso, veremos aparecer la prótesis por debajo del surco mamario, herniándose de forma más o menos evidente. Estéticamente lo que vamos a ver es un efecto doble surco o doble burbuja.
No siempre que vemos un “doble surco” o “doble burbuja” estamos delante de “bottoming out”. El bottoming out nos va a provocar un double bubble, pero no todos los dobles surcos son bottoming out; hay otras causas.
¿Qué comparten?
Una disociación protésico-glandular. A lo largo del tiempo, conforme los tejidos van envejeciendo se produce una incoherencia evolutiva entre el implante y la mama.
Para que lo entendamos mejor: el objetivo lógico es que la mama y el implante se comporten de forma congruente y, con el paso del tiempo, ambos sean una unidad; de esa forma se produce una envejecimiento estético coherente. Estéticamente hablando implante y mama son uno, con el paso del tiempo esa sincronía se debe mantener.
La disociación se produce cuando este objetivo no se cumple y cada uno va “a su rollo”, de forma independiente. Dejamos de ver una unidad, vemos una dualidad.
Al mismo tiempo tenemos que entender que, cuando hablamos de que la mama envejece, nos referimos a que la mama, poco a poco, va descendiendo. En mayor o menor grado se va asentando, la mama se va descolgando con el paso del tiempo. Eso es natural, es así, va a pasar. pero lo tiene que hacer de forma conjunta. Lo que no es deseable es que lo hagan de forma dispar, que la glándula o la prótesis caiga más que la otra; no se pueden disociar
¿Cuándo y por qué se produce el efecto “bottoming out”?
El efecto “bottoming out” se puede producir en pexias, pero es mucho más común en los aumentos.
Se produce porque el peso del implante no ha sido bien controlado. No digo que quirúrgicamente no se haya gestionado bien, sino que, con el tiempo, el peso del implante hace que éste descienda más de lo deseado.
Eso se produce cuando:
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Un implante es demasiado grande
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Un plano débil que impide que los tejidos puedan contener el peso del implante, sea el que sea.
Es mucho más común en planos duales y en planos subglandulares. En estos casos trasladamos el peso de los implantes a tejidos con poca capacidad de contención (básicamente la piel), por tanto la gestión es un poquito más precaria.
Si a eso le añadimos un implante grande y/o una glándula relativamente pequeña, es fácil que esa disociación se produzca.
¿Cuándo y por qué se produce el efecto cascada?
Contrariamente, el efecto cascada se suele producir pexias, especialmente si se realizan en mamas relativamente grandes, con tejidos muy debilitados y no se reduce el peso del tejido mamario.
Una mastopexia en la que se coloca un implante relativamente pequeño, conservando “demasiado” tejido mamario facilitará que la mama, que sigue pesando demasiado, caiga al mismo tiempo que el implante, que pesa poco, permanezca más estable. En conclusión, el implante quedará en una posición más elevada y la glándula evolucionará de forma discordante.
Por lo tanto, las causas de que se produzca el efecto cascada pueden ser:
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Un implante pequeño.
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Un plano demasiado firme que contiene en exceso al implante frente a la mama.
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Una glándula muy pesada que, frente al implante, envejece de forma mucho más marcada.
Por eso es importante que, cuando realizamos una mastopexia, tratemos de equilibrar el peso de la glándula, facilitando así un envejecimiento más estable y coherente con lo esperable de esa mama a lo largo del tiempo.
Con cierta frecuencia me encuentro con pacientes que vienen a la consulta para realizar una mastopexia y me explican que, en otras consultas, les han indicado que no le pueden colocar el implante en retromuscular completo porque se produciría un “efecto cascada”; les sugieren realizar un plano dual, un plano subglandular para evitarlo.
Eso es un error ya que parte de las siguientes premisas:
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Asumo que la mama se va a caer, lejos de tratar de evitarlo, coloco el implante de tal forma que este también caiga.
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Hago que la mama y el implante actúen de forma coherente, pero no de forma estable, permitiendo la caída conjunta.
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En lugar de buscar una estabilización, doy pie a que el resultado estético se deteriore de forma más rápida, pero evitó un “efecto cascada”.
Mi criterio es siempre muy claro. Se debe intentar estabilizar la mama, no al revés. Para evitar el “efecto de cascada” lo que debo hacer es controlar el deterioro del conjunto (no facilitarlo) evitando que todo baje. La solución está en reducir el peso de la glándula para maximizar la gestión por parte de los tejidos y minimizar el descenso al tiempo que colocamos un implante más grande en un plano estable (DIVIDE Y VENCERÁS, ¿os suena?).
Se trataría de balancear ambos pesos para evitar el “efecto cascada” evitando que todo caiga.
¿Cuál es la solución para el “bottoming out”?
Cuando se produce un “bottoming out” debemos hacer una capsulorrafia inferior para reforzar la cápsula. Practicaremos una sutura interna sobre el polo inferior de la cápsula, eso elevará la prótesis reposicionándola y aumentará la resistencia de ésta. El objetivo es recuperar la congruencia estética y mejorar la gestión del envejecimiento unitario.
No lo parece, pero es una de las maniobras más desafiantes y difíciles entre las mamoplastias secundarias. Requiere mucho entrenamiento, habilidad y experiencia.
¿Cuál es la solución para los casos de efecto cascada?
La solución para los casos de efecto cascada pasa por realizar una pexia. Existiría la posibilidad, en casos muy específicos, de tratar de bajar el implante para reubicarlo con respecto a la mama. No obstante, lo lógico es realizar una mastopexia.
Es la glándula la que está cayendo en exceso, por lo que, para recuperar la coherencia debemos volver a levantarla Bajar el implante implicaría debilitar el conjunto, por lo que, tal como decíamos antes, iríamos en contra del espíritu de control evolutivo.
Espero haberos podido aclarar estos conceptos; sabéis que, en caso de dudas o necesidad de aclaraciones, podéis contactar con nosotros.
Estoy a vuestra disposición y regularmente publicamos información en redes intentando responder a las consultas que me hacéis en la consulta, a través del blog, en Instagram o por cualquier otra vía. Nuestro objetivo es siempre estar a vuestro lado, ayudaros antes, durante y después de la cirugía.
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