MASCULINIZACIÓN TORÁCICA | II/II
PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO DE MASCULINIZACIÓN TORÁCICA / CIRUGÍA MAMARIA MASCULINIZANTE
Para facilitar la explicación vamos catalogar 3 grupos de pacientes según el tipo de mama:
1.- Mamas pequeñas o muy pequeñas
En este grupo englobamos a aquellos pacientes que tienen un cierto paralelismo con los pacientes con ginecomastia. En estos casos la mama presenta un escaso desarrollo, la areola se ha desplazado muy poco (sigue siendo bastante excéntrica) y la piel no ha cedido en exceso. Vamos a poder manejar el tejido glandular y la acomodación cutánea simplemente centrándonos en su manejo a través de una cicatriz localizada en la areola.
Ahora bien, la cirugía difiere por el hecho de que los pacientes con ginecomastia suelen tener unas areolas de tamaño masculino estándar (en algunos casos puede ser un poco más grande). En los casos de paciente transgénero, la areola suele ser de mayor diámetro y sólo en contadas ocasiones la areola mantiene un tamaño pequeño. Por ello, casi siempre, a pesar de poder realizar la disección glandular a través de la areola, vamos a tener que realizar una cicatriz periareolar para reducir el diámetro de la misma.
Como digo, es una piel joven, poco traumatizada, que va a responder bien a la pérdida glandular, pero, por contra, va a precisar una reacomodación de la areola a un diámetro más acorde al del sexo masculino. Por otro lado, con el ligero desarrollo mamario, la areola se habrá desplazado un poco; con esa aproximación periareolar podremos reubicarla en una posición de aspecto más masculino.
2.- Mamas pequeñas-moderadas
En estos casos, aunque el tejido mamario es pequeño, tenemos una sobre extensión de ese tejido mamario por lo que, difícilmente, gestionando la piel a través de la areola vamos a poder generar una acomodación ideal de la piel. Es decir no vamos a ser capaces de conformar un tórax de características masculinas, como queremos, ni ubicar de forma clara la areola en la posición correcta. Eso nos obliga a hacer una incisión en uso, periférica a la areola, dejando la areola en el medio de ese uso, respetando cierta cantidad de tejido mamario subareolar. Una vez hayamos resecado el tejido glandular, dejaremos una incisión a cada lado de la areola más una incisión que rodea a ésta. Por lo tanto se trata de una incisión fusiforme que dejará una cicatriz periareolar que se prolongará linealmente a cada lado de la areola.
En estos caso procuramos minimizar o controlar la cicatrización medial, la potencialmente más visible, intentando reducirla al máximo, pero es inevitable que se produzca a ambos lados de la areola.
Personalmente soy muy poco dado a realizar este tipo de cicatrices y sólo las hago cuando la areola está muy en el límite. Es una forma de minimizar la cicatriz y no hacer la cicatriz tan marcada, pero es cierto que es una cicatriz menos enmascarable, dado que está ubicada justo en la línea de la areola y por lo tanto es una zona poco disimulable.
Sólo recomiendo este abordaje en aquellos casos en los que la mama no es tan pequeña como para poder trabajar estrictamente a través de la areola, pero tampoco lo suficientemente grande como para justificar una cicatriz mayor, aunque estéticamente más disimulable. Debemos entender que, cuando un cicatriz lineal contacta con la areola se genera un punto de debilidad, potencialmente inestético, donde la tensión se reparte de forma irregular; en estos casos, esa situación se produce en dos puntos.
3.- Mamas moderadas a grandes
En estos casos, soy partidario de realizar un procedimiento algo más agresivo, pero que me permita localizar una cicatriz en un plano más inferior, alejada de la ubicación natural de la areola y, por lo tanto, menos visible.
Los relieves torácicos que nos permiten ajustar la posición de la cicatriz en una localización más coherente con los relieves anatómicos, eso la hace más estética aunque sea más larga. Como digo, la cicatriz es mayor, pero ubicada por debajo del músculo pectoral, queda mucho más oculta.
En esos casos en que nos encontremos con una mama grande o que, sin destacar por su tamaño, presenta una piel castigada haremos una incisión por debajo del surco mamario, que nos permita liberar completamente la glándula y dejar un tórax absolutamente limpio. En este caso la cicatriz se va a prolongar a lo largo del antiguo surco mamario y, en caso de necesidad, se prolongará hacia la región lateral siguiendo el trayecto del borde del propio músculo pectoral; la areola será injertada, en la posición anatómica masculina, adecuando su diámetro al propio de un tórax masculino.
En conclusión, tenemos varios procedimientos que responden a varias opciones cicatriciales:
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Procedimiento con cicatriz areolar inferior: muy escasos, en los que con una simple periareolar podemos realizar una resección glandular sin tener que reducir el diámetro areolar.
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Procedimiento con cicatriz periareolar: resecaremos la glándula y reduciremos el diámetro areolar a través de una cicatriz circunferencial a la areola.
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Procedimiento con periareolar ampliada: una incisión periareolar que se amplía a cada lado de la areola para poder eliminar cierto grado de piel adicional. Indicada en los casos en los que la mama no es lo suficientemente grande como para realizar una cicatriz mayor, pero en los que tampoco nos permite, por su tamaño, realizar un procedimiento exclusivamente periareolar para dejar un tórax uniforme y estético.
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Procedimiento con cicatriz inferior e injerto areolar: sería, hoy en día, el más habitual para aquellos pacientes que tienen un tejido mamario más desarrollado, con piel blanda y algo más castigada y que, por lo tanto, precisarán una resección mucho más amplia. Eso obligará a una cicatriz mayor, pero estéticamente mucho más disimulable al poderse ubicar en una posición más anatómica.
LA APASIONANTE CIRUGÍA TRANSGÉNERO
Hemos dado una visión un poquito amplia de todo lo que es el proceso de masculinización torácica o mastectomía masculinizante. Como veis, es mucho más de lo que parece y supone una alta especialización. Requiere un entendimiento real del propósito de esta cirugía, acomodar un tórax, biológicamente femenino, que discrepa del sexo real del paciente. Va mucho más allá de la eliminación del tejido mamario. Pretendemos adaptar la estética torácica a la de un tórax masculino; esa es la clave.
Es para mí una cirugía apasionante, altamente gratificante, porque permite quitar un gran peso a muchos pacientes que no se sienten identificados con su cuerpo.
Todo por y para vosotr@s.
Si necesitas más información sobre la cirugía de masculinización torácica, ponte en contacto conmigo, estaré encantado de aclararte cualquier duda.
Doctor Jose Mª Triviño.
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