¿Cuál es tu talla de sujetador ideal?
El 80% de las mujeres no saben la talla de sujetador que utilizan
Durante los muchos años que llevo en mi profesión me he dado cuenta de una cuestión que, aunque pueda parecer intrascendente y no lo es, siempre me ha parecido enigmática.
Un altísimo porcentaje de mujeres no saben la talla de sujetador que deberían utilizar; algunos estudios hablan de hasta el 80% de la población femenina pero, estoy seguro que si ampliamos la cuestión e introducimos una simple variable como ¿sabes cómo se interpreta una talla de sujetador?, el porcentaje se elevará a algo próximo al 95% o más.
Estoy convencido de que la inmensa mayoría de mujeres, por no decir todas, tiene claro qué talla de pantalón utilizan, qué talla de camisa (incluso según las diferentes variables de tallaje), qué número calzan de zapatos pero, pregúntales que talla de sujetador deberían utilizar y la respuesta será...: ”no sé”, “yo uso la X o la Y”, “me pongo la que me queda bien”, “espera que lo miro”, “depende de la marca...” Eso me ha resultado siempre curioso, más cuando tras explicarles cómo se establece la talla de sujetador la respuesta acostumbra a ser la misma: “qué interesante, pues no tenía ni idea...”
¿Por qué es importante saber la talla de sujetador?
Por el mismo motivo que lo es saber la talla correcta de pantalón o de camisa. Es más, te diría que cuando hablamos de sujetador, la talla es mucho más importante. Más allá de la cuestión estética, llevar tu talla correcta permitirá que el sujetador y el pecho luzcan en su máximo esplendor. Para que el sujetador pueda cumplir con su función, sujetar el pecho, debe utilizarse la talla correcta. Por el contrario, una talla errónea condiciona que la labor más importante del sujetador (y la más olvidada por la mayoría de mujeres) no se cumplirá como es debido. El que sufrirá las consecuencias de eso es nuestro pecho.
Una talla excesivamente grande condiciona que el pecho no esté bien sujeto y se claven los tirantes; normalmente la talla excesiva se compensa bajando la copa por lo que la mama tampoco estará cómoda, los aros se clavarán y el sujetador resultará incómodo.
Una talla demasiado pequeña condiciona que el pecho esté constreñido, las alas y las bandas del sujetador se claven y se produzcan rozaduras incómodas; normalmente se compensa subiendo la copa por lo que el pecho queda holgado y mal sujeto, los aros se clavan y, nuevamente, resultará incómodo.
¿Qué nos dice la talla de sujetador?, ¿Cómo se lee?
Podríamos decir que la talla de sujetador nos expresa la relación entre el tamaño del pecho de una mujer y su tórax; es una forma un poco “simple” de explicarlo pero, en resumen, sería así.
La talla de sujetador consta de dos componentes, nos fijemos en el sistema de tallaje en que nos fijemos (FR/ESP; EUR; UK/USA...), siempre se compone de un número y una letra. Más tarde veremos como se establece una y otra, pero para que vayamos entrando en materia:
El número (al que usualmente nos referimos como talla) viene determinado por el perímetro del tórax medido por debajo de la mama. Excluimos, por lo tanto, totalmente a la misma de la medida.
La letra (a la que nos referimos como la copa) se determina utilizando el perímetro mamario; el perímetro del tórax medido pasando por las areolas, que representan el punto de máxima proyección mamaria. Aquí sí, como vemos, el tamaño del pecho es relevante.
Cuanto mayor sea la letra, mayor será la proporción entre el pecho y el tórax. Por lo tanto, para un perímetro torácico concreto, a mayor letra, mayor es la mama. Si, por ejemplo, tomamos el caso de dos paciente, una con una talla 85D y otra con una 95B. La mujer con una 85D será más estrecha de tórax pero, en proporción, tendrá el pecho mayor que la otra mujer que, siendo más ancha, lucirá un pecho en apariencia más pequeño.
Es importante entender que el tórax de una paciente no aumenta ni disminuye con la cirugía mamaria por lo que, cuando hablamos de cirugía mamaria, lo que debemos valorar es la letra; el número, siendo estrictos, no cambiará.
Al final, cuando valoramos el pecho, valoramos la proporción. Es ésta la que nos gusta, la que nos resulta exagerada o no, la que nos atrae...la talla no deja de ser una forma de trasladar esa proporción a una prenda y a una escala que nos permita “analizarla”
¿Por qué es importante la talla de sujetador de cara a la cirugía?
Tener claro qué nos dice y cómo se establece la talla de sujetador es fundamental para entender completamente qué conseguiremos tras la cirugía. Es importante que las dos partes hablen el mismo idioma par entenderse. Un ejemplo tonto pero gráfico: si el vendedor habla en kilos y el comprador en libras difícilmente se entenderán y saldrán airosos de su operación de compra-venta.
Si no sabemos de qué talla partimos, ¿cómo sabremos qué talla queremos conseguir? Si no sabemos lo qué significan ese número y esa letra, ¿cómo sabremos expresar lo que queremos? Es importante tener claro que la talla del sujetador no cambiará tras la cirugía, lo que cambiará es la copa que es la variable que estrictamente depende del tamaño del pecho.
Dos situaciones muy comunes se producen en la primera visita: que las pacientes intenten asociar, de forma genérica, un volumen de implantes a una talla final y que las pacientes intenten establecer una talla genérica como referencia. La primera cuestión nos llevaría otro post, que no descarto escribir en el futuro; esta vez nos centraremos en la segunda ya que es el tema principal que nos ocupa éste.
A todas las pacientes que vienen interesadas por la cirugía mamaria les hago, antes de tomar medidas, dos preguntas: ¿qué talla de sujetador llevas? y ¿qué talla de sujetador querrías conseguir? Un alto porcentaje de ellas, a la primera pregunta me contestan: “la más pequeña”, “uso la X pero porque lleva relleno”, “no lo sé”, “la 110 o 115...” A la segunda, la respuesta acostumbra a ser más clara: “la 95”, “la 90?”, “algo que me quede bien”, “algo proporcionado...” Como veis, las pacientes tienen poco clara la talla de la que parten y no mucho más aquella a la que quieren llegar.
Una situación común es la comparativa entre amigas. Mujeres que utilizan el aspecto del pecho de su amiga y sugieren su reproducción utilizando como referencia al talla de ésta: “mi amiga utiliza una 95B y me gusta”. En esta situación se están produciendo varios errores:
- Se están obviando las proporciones de la amiga en comparación a las de la paciente.
- Se está dando por cierta la talla de sujetador que refiere tener la amiga (el 80% de la población no sabe la talla real que utiliza).
- Se está partiendo de la premisa que ambas mujeres tienen el mismo perímetro torácico y, por tanto, la misma cifra en la talla del sujetador; esto no siempre es cierto.
- Se está equiparando una proporción corporal a una talla de sujetador, lo cual tampoco tiene porqué ser cierto.
Si tenemos en cuenta estos datos, podemos atisbar el origen de los “malos entendidos”. La talla, entendida aquí como el número, no cambia con la cirugía; lo que cambia es la copa, porque cambiamos el tamaño de la mama, no el del tórax. Por ese motivo es importante medir a la paciente y establecer la talla de partida con claridad y, a partir de aquí, determinar la talla objetivo.
¿Cómo se establece la talla de sujetador?
Como hemos estado comentando antes, la talla del sujetador se establece por dos parámetros:
- Perímetro torácico: circunferencia del tórax pasando por debajo del pecho (se debe ajustar)
- Perímetro mamario: circunferencia del tórax pasando por el punto de mayor proyección de la mama (debería ser la areola) e, idealmente, con un sujetador sin relleno puesto.
Todas las tallas se establecerán por la relación entre estos dos parámetros. Utilizaremos el tallaje ESP/FR, por ser el más común para explicarlo.
Para establecerla de forma rigurosa existen tablas que nos permiten concretar de forma rápida y precisa (adjuntamos una a modo de ejemplo). No obstante, hay una forma rápida y bastante exacta que nos permitirá aproximarnos de forma muy razonable.
- Sumos 15 cm al valor obtenido al medir el perímetro torácico, eso nos permitirá obtener el valor numérico, sólo tendremos que buscar el que más se aproxime. Así una mujer que tenga un perímetro torácico de 67cm utilizará la talla 80 (67+15=82); un perímetro de 74cm utilizará la talla 90 (74+15=89); 72cm la 85 (72+15=87); 81cm la 95 (81+15=96).
- Comparando el valor obtenido al medir el perímetro mamario con el valor obtenido de la operación anterior, nos permitirá concluir la copa. Si el valor del perímetro mamario es igual al valor numérico de la talla +/- 1, tendremos una copa B; si es menor nos encontraremos ante una copa A; si es mayor, por cada 3 cm de más iremos subiendo una copa. Tomaremos como referencia una paciente con un perímetro torácico de 74cm que, por lo tanto tendrá una 90. Si su perímetro mamario es de 91cm, tendremos una 90B; si es de 88cm 90A; de 92cm una 90C; de 95cm la 90D...
Al principio puede resultar un poco complicado pero, una vez lo haces, no tiene demasiado misterio.
Si queréis tomar como referencia el tallaje EUR, el sistema es exactamente igual. La única diferencia es que establecemos como cifra de la talla el valor más próximo, sin sumarle nada; así a 67cm le corresponde una talla 65, a 74 le corresponde la 75, a 72 la 70... El valor de la copa se establece exactamente igual (comparando el valor del perímetro mamario con el del perímetro torácico más 15cm).
El tallaje U.K./USA es básicamente igual pero utilizando pulgadas en lugar de cm. Al ser la pulgada un valor algo más impreciso, para obtener el valor de la talla sumaremos 2 o 3 en función del valor par o impar del perímetro torácico; la copa se establecerá por el mismo sistema de comparación pero en pulgadas.
Sujetador mal puesto
Ahora ya podremos saber cuál es la talla real del sujetador que deberemos comprar y tendremos que valorar un par de detalles para confirmar que el sujetador es el apropiado y ejerce su función como debe.
Para que éste pueda ejercer su función debidamente debe ir bien ajustado en su contorno (de ahí que la talla nos la establezca el perímetro torácico). Son las alas (parte del sujetador que, desde las copas, rodea el costado) y bandas (parte del sujetador que conforma la espalda) junto al contorno de las copas (aros si los lleva), y no los tirantes, las que deben ejercer la “fuerza” de sujeción. Con una base bien asentada, los tirantes podrán posicionar el pecho debidamente. Copas, alas y bandas deben quedar perfectamente adaptadas al contorno torácico, los tirantes deben quedar firmes, ni sueltos ni especialmente tensos y el pecho, cómodamente asentado en el interior de la copa.
Un indicador claro de que el sujetador está mal puesto es que la parte de la espalda se levante, eso nos dice que el contorno no está bien adaptado por lo que el pecho se cae y, a través de los tirantes, tira de la parte trasera del sujetador, levantándola. Los tirantes caídos son otra muestra de ello, el contorno está bien afianzado pero el tirante no está trabajando, por lo que el pecho no estará en posición.
Finalmente, una curiosidad. Los sujetadores no tienen varias posiciones en su cierre para adaptarse a diferentes medidas de tórax; los tienen para que la mujer pueda ir compensando la pérdida de tensión que se irá produciendo con el envejecimiento de los materiales. Un sujetador nuevo debe ir siempre ajustado en la posición más grande, según se va utilizando y pierde tensión se irá apretando hacia las posiciones más pequeñas.
Ya sabéis un poco más sobre la talla de sujetador
Espero que os haya resultado interesante y que, tras este post, el mundo de los sujetadores se os haga algo menos incomprensible. Espero que, por lo menos ésta variable ahora la tengamos algo más clara; aunque no os haya mencionado la cuestión de las equivalencias... Eso, si os parece, lo dejamos para más adelante.
Por descontado que cada caso es único y hay muchas variables más que deberemos contemplar e ir analizando en el futuro. Ya sabéis, cada caso tiene su indicación porque mejor no es suficiente.
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