El fotoenvejecimiento
¿Qué es el fotoenvejecimiento y qué lo causa?
El fotoenvejecimiento es el fenómeno de deterioro gradual e irreversible del colágeno, la elastina y otras fibras que dan estructura a la piel, como consecuencia de la exposición prolongada y repetida a la radiación solar. El envejecimiento es un proceso fisiológico relacionado con la edad, pero ciertos factores pueden provocar una aceleración de los efectos derivados de éste sobre distintos órganos.
En el caso de la piel, las radiaciones solares condicionan un importante efecto de deterioro de la calidad y propiedades de la piel.
El sol es una indiscutible fuente de energía que, entre otros beneficios, ayuda a sintetizar la vitamina D, pero su exposición prolongada y repetida puede causar graves daños sobre nuestra piel.
Este envejecimiento de la piel puede verse acelerado si se produce una exposición excesiva a la radiación solar y será más evidente en las zonas del cuerpo que sufran un mayor índice de exposición a esta radiación solar -especialmente las ultravioleta-. Estas zonas adquieren un aspecto envejecido, muestran arrugas más profundas y manchas. Es importante remarcar que, en los casos más graves, el sol aumenta el riesgo de lesiones cutáneas precancerosas y cáncer cutáneo.
El fotoenvejecimiento es irreversible, pero su aparición puede retrasarse. No podemos controlar factores genéticos o el color de la piel, pero sí podemos controlar la exposición de nuestra piel al sol.
¿Qué tipo de radiaciones solares son las responsables del fotoenvejecimiento?
• Radiación ultravioleta (UV): es la principal responsable del fotoenvejecimiento. Está compuesta por tres bandas diferentes (A, B y C). La radiación UV que llega hasta nosotros se compone en su mayor parte de rayos UVA, con una pequeña parte de rayos UVB.
Los rayos UVA penetran en las capas más profundas de la piel, provocando el daño de las fibras de colágeno y elastina principalmente. También puede tener un papel en algunos tipos de cáncer de piel.
En cambio, la radiación UVB tiene mayor energía pero incide en las primeras capas causando quemaduras cutáneas. Es la responsable de la mayor parte de los cánceres de piel.
• Radiación visible (VIS). Es la responsable del 40% del daño que produce el sol en la piel. Esta radiación debilita su barrera protectora, produce manchas y fotoenvejecimiento.
• Radiación Infrarroja A (IR-A). Es un calor seco que no se siente cuando traspasa la piel, a pesar de que es la que más profundamente lo hace: penetra hasta diez milímetros y es capaz de aumentar su temperatura hasta los 42ºC. También incrementa los daños en el ADN de las células, origen de lesiones precancerosas que pueden derivar en cancer de piel.
¿Qué factores de riesgo existen?
Existen una serie de factores de riesgo que conllevan una mayor probabilidad de sufrir las consecuencias del fotoenvejecimiento de la piel:
* Personas con fototipos claros (I y II). La piel de estas personas produce menos melanina, que es el pigmento que da color a la piel y filtra las radiaciones solares. En estas personas la protección ante las radiaciones solares es menor.
• Edad avanzada. El fotoenvejecimiento y las lesiones por exposición a radiación solar son acumulativos.
• Raza. Especialmente relacionada con el fototipo.
• Vivir en lugares donde las radiaciones solares son más elevadas. Por ejemplo, en la costa (precaución con el reflejo del agua que multiplica la exposición), lugares con cielos despejados la mayor parte del año o alta montaña.
• Desempeñar trabajos o realizar actividades de ocio al aire libre. Especialmente la exposición en las horas centrales del día.
• Predisposición genética. El grado de envejecimiento de la piel por la exposición al sol puede variar en función de cada persona, según la capacidad de reparación de su ADN.
Síntomas del fotoenvejecimiento
Los principales síntomas del fotoenvejecimeinto pueden observarse con más frecuencia en las zonas del cuerpo más expuestas al sol como el rostro, cuero cabelludo (especialmente ante calvicie ante o color de pelo muy claro), el cuello, el escote, los antebrazos o el dorso de las manos:
• Un tacto seco y áspero -xerosis-.
• Laxitud y falta de elasticidad.
• Arrugas gruesas y surcos (líneas profundas).
• Pigmentación irregular.
• Pequeños derrames capilares.
• Elastosis.
• Lesiones con alteraciones del color de la piel
• Cloasma o melasma: manchas de color marrón que son un motivo importante de visita en nuestra consulta por parte de las mujeres, ya que está relacionado con los cambios hormonales del género femenino.
En el caso del envejecimiento cronológico o biológico, aquel que ocurre de manera natural con la edad y que está determinado por la genética, las características que adquiere nuestra piel son otras: piel fina, flácida, pigmentada de manera uniforme, con arrugas superficiales y lesiones benignas.
¿Cómo tratar el fotoenvejecimiento? ¿Se puede revertir?
Con el paso del tiempo, la piel no es capaz de autorreparar las lesiones que sufre a causa de las radiaciones solares, por lo que el fotoenvejecimiento puede llegar a ser irreversible.
La mejor arma contra el fotoenvejecimiento y las posibles lesiones derivadas de él, es la prevención: evitar o reducir la exposición a las radiaciones solares y proteger correctamente nuestra piel (fotoprotector alto).
Las lesiones producidas por la radiación solar son acumulativas por lo que es importante que acostumbremos a nuestros hijos, desde pequeños, al empleo de estas medidas de prevención.
Aunque el fotoenvejecimiento es irreversible, actualmente, existen algunos tratamientos dirigidos a reducir los signos de envejecimiento prematuro en nuestra piel, como el peeling químico, la dermoabrasión o el uso del láser.
En algunos casos, puede recurrirse a sustancias farmacológicas despigmentantes siempre bajo indicación del profesional médico.
Si el daño es severo, hay diversos tipos de tratamientos de redensificación de la piel con ácido hialurónico o estimuladores de colágeno que podemos realizar en la consulta.
Pero no olvidemos que la medida más eficaz es crear el hábito de la prevención desde pequeños!
Si tenéis más dudas, queréis solicitar una valoración especializada y recibir tratamiento, no dudes en pedir tu consulta gratuita con la Dra. Archidona.
Recuerda, “Tú, nuestra razón de ser”.
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