Cirugía Plástica y Estética e Inteligencia Artificial
El papel presente y, sobre todo, futuro de la Inteligencia Artificial en Medicina es indudable; no podemos dejar de lado la relevancia que ésta tendrá en nuestras vidas en los próximos años…
La Medicina y la Inteligencia Artificial
Dudo que el impacto sea igual de intenso en todos los sectores. Hay especialidades médicas en las que la presencia de la IA será muy notable; las quirúrgicas seguro que recibirán, en mayor o menor medida, asistencia de la IA, pero creo que mantendrán durante más tiempo su dependencia de la acción humana.
Las ramas biomédicas (análisis, anatomopatología…), la radiología o el diagnóstico, donde la respuesta está basada más estrictamente en el conocimiento médico, serán inevitablemente más accesibles a la IA. La capacidad analítica, basada en los miles de estudios a los que el sistema tendrá acceso de forma casi inmediata, aportará a la IA una agilidad de respuesta mayor que la del ser humano
¿Sus puntos débiles? Creo que la anticipación y la intuición. En definitiva, las máquinas responden ante una evidencia, no siendo capaces, por ahora, de anticiparse a un hecho que aún no se ha producido; posiblemente lo compensan con una mayor “amplitud de miras”, pero si no lo ven, no pueden responder.
En el ámbito quirúrgico la anticipación es básica; es infinitamente más sencillo controlar un sangrado si éste aún no se ha producido. Cuando un cirujano reseca un tumor, por ejemplo, no se basa en estadísticas, ni en estudios; se basa en lo que ve, en el color del tejido, en la textura, en matices que pueden no ser tan evidentes…, sensaciones que conjuga con su experiencia antes de tomar decisiones. Cada tumor es distinto, no es reproducible, por lo que esa acción no es extrapolable al siguiente paciente.
Cirugía Plástica y Estética e la Inteligencia Artificlal (I.A.)
En la Cirugía Plástica y Estética incluimos una variable más: la emoción. La capacidad de empatizar, de comprender y analizar la voluntad de un paciente ante el resultado esperado. ¿Puede la IA evaluar la estética del pecho, la “deformidad” de la nariz o la cantidad de grasa localizada que un paciente puede tener? Sin duda sí, pero ¿es o será capaz de entender lo que el paciente quiere? Y, más allá de eso, ¿es o será capaz de integrar ambas cuestiones y resolver un plan quirúrgico específico? Puedo equivocarme, pero creo que la sensibilidad necesaria para eso es, hoy por hoy, propiedad exclusiva del ser humano.
No dudo de que sus capacidades técnicas puedan llegar a ser excelentes, incluso superando el grado de precisión de un cirujano. Ahora bien, la cantidad de piel a resecar en un párpado, el volumen del implante o qué grado de tensión puede soportar la cicatriz de una abdominoplastia, maximizando el resultado sin generar sufrimiento de la herida, son decisiones que no se basan en las estadísticas, sino en la sensibilidad, en la percepción estética o en la evaluación in situ de lo que el paciente desea, de lo que se puede y lo que no. En eso, la IA no puede competir,
Todo cirujano se enfrenta a un reto constante que le lleva a sacar el máximo rendimiento en cada caso; aprender de cada cirugía para aportar más al próximo paciente. Eso implica una voluntad de seguir mejorando, aprendiendo y un importantísimo sentido autocrítico. ¿Hará eso la IA?
A diferencia de otras ramas, la Medicina y la Cirugía Estética no tratan enfermedades, parten de un paciente sano que quiere estar mejor, por lo que la variable de la que aprender puede no ser tan clara; muchas veces no es el resultado en sí mismo, sino la percepción de éste, la integración estética, la emoción que transmite al paciente o a ti como especialista; eso es muy difícil de interpretar en lenguaje informático.
Estoy seguro de que la IA, en un futuro próximo, aportará a la Cirugía Estética herramientas que ayudarán a exprimir al máximo esos resultados, a analizar con mayor precisión ciertas variables que, a su vez, nos permitirán afinar más en las decisiones, incluso nos ayudarán en el quirófano. Hoy en día ya hay dispositivos robóticos que, por su mayor precisión, sustituyen las manos del especialista en ciertas cirugías, pero siempre manejados por cirujanos. ¿Llegarán a la Cirugía Plástica y Estética? Seguro que sí, pero no podrán suplir el sentido estético, ni ponerse en el lugar del paciente para evaluar si lo que se está haciendo coincide con lo que éste quiere; ni será capaz de emocionarse ante el resultado que está logrando y disfrutar con ello, signo inequívoco de que el trabajo cumple con sus propias expectativas.
Pero existe otra cuestión: excluyendo a Elon Musk (creo que tampoco él), ¿cuánta gente se subiría a un vehículo autónomo si les dijeran que llevarán los ojos tapados y que en ningún momento podrán parar o tomar el control? Hace tiempo que los aviones tienen capacidad de despegar, volar y aterrizar solos, pero la aviación considera que deben estar controlados, no por uno, sino por dos pilotos. Imaginemos entonces cuánta gente estaría dispuesta a entrar en un quirófano, dejarse anestesiar por IA y corregir algún aspecto de su cuerpo sin el más mínimo control de un ser humano; yo no, ¿tú?
La IA y la Medicina están condenados a entenderse, colaborar y crecer, la Cirugía puede acabar condicionada por la IA dentro de algunos años, pero la Medicina y Cirugía Estética están sujetas a variables que, hoy por hoy, están muy lejos del alcance de la tecnología informática.
Un breve resumen de este post, consta publicado un artículo en LA VANGUARDIA. Os dejamos el enlace.
Siempre, por y para ti.
Tú, nuestra razón de ser.
Doctor Jose Mª Triviño.
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