Estrategias para corregir las secuelas derivadas del embarazo
Para hablar de los cambios o de los procedimientos quirúrgicos destinados a corregir las secuelas sobre el pecho de los embarazos, lo primero que tenemos que tener en cuenta son tres factores que considero muy relevantes a día de hoy.
Factores relevantes
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El primero, es tener claro que los embarazos, por muy fisiológicos que sean, no dejan de constituir probablemente la principal causa de desestructuración o de agresión anatómica que va a sufrir el cuerpo de la mujer a lo largo de su vida, a excepción lógicamente del propio envejecimiento.
Realmente los embarazos constituyen un importantísimo trauma a las estructuras corporales, especialmente a nivel abdominal y mamario, como consecuencia de los cambios que tanto el abdomen como el pecho van a tener que gestionar durante el propio embarazo y la posterior lactancia.
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La segunda cuestión a tener en cuenta es que cada vez las mujeres en nuestro país y, en general a nivel mundial, son mamás mucho más tarde,
Frente a los 20-25 años, que probablemente fuera la media de edad del primer embarazo hace 30-40 años, actualmente estamos por encima de los 30, con lo cual eso también condiciona que las circunstancias en las que el cuerpo se encuentra en el momento del embarazo, pues lógicamente son algo peores que las que pudiéramos encontrar hace 30 40 años..
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La tercera cuestión, que también es muy relevante, es que a día de hoy la esperanza de vida y especialmente la calidad de vida con la que se llega a edad avanzada es mucho mayor. Ello hace que se produzca, por decirlo así, una cierta discrepancia entre el espíritu joven que las mujeres tienen a mayor edad frente a lo que su cuerpo les transmite en términos anatómicos.
Es decir, lo que sienten es una edad mucho más joven de la que realmente ven en el espejo y eso favorece las mujeres se sientan, y los hombres también evidentemente, pero en este caso estamos hablando de mujeres, peor con el aspecto de su cuerpo. Es por ello que exista un mayor deseo o más voluntad de recuperar la anatomía perdida.
Por tanto, de alguna manera eso justifica el por qué, probablemente en estos momentos, la proporción de mujeres que tienen el deseo de recuperar la anatomía mamaria sea mayor que lo que pudiera ser años atrás. Y todo ello con independencia lógicamente de que los procedimientos quirúrgicos son mucho más aseguibles, seguros, se puedan financiar, etc.
En conclusión; una mayor edad en la que las mujeres son madres junto a la mayor calidad de vida a edades más avanzadas, justifica, como digo, ese aumento de interés en la cirugía mamaria.
Dicho esto, lo que tenemos que también entender es que después del embarazo, siendo muy simplistas en la definición, nos vamos a encontrar con tres posibles escenarios,
Situación de la mama tras el embarazo
1.- Un primer escenario sería el de las mujeres que después del embarazo su pecho no ha quedado desmejorado. Más o menos la mamá ha podido gestionar razonablemente esos cambios y si bien es verdad que no es una mamá como la que tenía esa misma mujer antes del embarazo, pues podemos decir que en general es una mamá que se conserva bien y ha gestionado muy bien el embarazo, con lo cual probablemente no sea tributaria de ningún tipo de acción quirúrgica.
2.- En un segundo lugar, nos vamos a encontrar con lo que habitualmente se conoce como una MAMA VACIA. Se trata de una mama que estructuralmente o anatómicamente mantiene una buena posición, una buena estética mamaria global, pero se ha producido un desplazamiento del volumen de la mama, que no de la mama en sí misma, desde el polo superior al polo inferior. Con lo cual lo que vemos es una mama un poquito más triste en la que la parte el escote ha desaparecido y conservamos o mantenemos cierto volumen en la parte baja, es decir, en los dos cuadrantes inferiores de la mama.
Generalmente es una mama que presenta un aspecto más añoso, pero, como digo, mantiene una anatomía razonablemente correcta.
3.- Y en tercer lugar, pues tenemos esa mama que los cambios propios del embarazo, los tejidos, especialmente de soporte, la piel y demás, no han sido capaces de gestionar los cambios volumétricos y la mama sencillamente se ha caído, es decir, son los casos de MAMA CAIDA.
Aquí vamos a ver que el areola ya no está en la posición teórica, sino que está por debajo del surco mamario, en mayor o menor grado, pero siempre por debajo del surco mamario. Por tanto, ya estamos hablando de una caída y por descontado, evidentemente, en estos casos siempre vamos a ver un desplazamiento del volumen del polo superior al polo inferior.
¿Cómo vamos a actuar en cada caso?
Pues como decía, en el primer caso, en el que la mama mantiene su posición, mantiene un volumen más o menos parecido y, en general, la paciente está contenta y no tiene deseo específico de corregir esos pequeños cambios derivados del embarazo, por nuestra parte no haremos nada más que indicar a la paciente que mantenga el pecho hidratado, que se lo cuide para evitar que en el futuro, con el envejecimiento, pueda derivar en un mayor deterioro.
Por lo tanto, salvo que la paciente se quisiera hacer un aumento, no sería una paciente tributaria de corrección de los cambios derivados del embarazo.
En el segundo escenario, en el que nos encontramos, como decíamos, la MAMA VACIA, una mama triste, una mama apagada, un poquito falta de de vitalidad, de juventud, dado que es una mama que está bien posicionada y lo que se ha producido es una pérdida por desplazamiento del volumen, la solución va a ser restaurar ese volumen con un implante.
Vamos a plantear un aumento mamario con las circunstancias específicas que las características concretas de la mama puedan justificar, pero sencillamente vamos a tratar de recuperar ese volumen perdido del polo superior mediante un implantemamario.
Evidentemente sí que tenemos que ser conscientes en estos casos es que los embarazos lo que seguro que han provocado es una pérdida o un deterioro de las estructuras de soporte y por tanto tenemos que tener mucho cuidado en cuanto al volumen del implante que colocamos y la posición en la que lo vamos a colocar.
Ya me conocéis, en mi caso, recomiendo encarecidamente la utilización del plano retromuscular completo para asegurar que el pectoral se encargue de gestionar el peso del implante. Lo que no queremos en ningún caso es que comoconsecuencia de nuestra cirugía generemos un mayor estrés a los tejidos y por lo tanto, una precipitación en el envejecimiento ulterior de esa de esa mama.
En tercer lugar, es en aquellos casos en los que nos encontramos quizá con la mama más representativa de las secuelas postgestacionales, es decir, una MAMA CAIDA.
Ya sabéis que la ptosis mamaria o caida mamaria tiene muchos orígenes, pero uno de ellos son los cambios derivados del propio embarazo. En estos casos, la mama no ha sido capaz de gestionar los cambios volumétricos, especialmente sus estructuras de soporte (principalmente representada por la piel) y por tanto la mama se ha caído. En estos casos el volumen se ha desplazado hacia abajo y la parte alta de la mama, el escote, está absolutamente vacío. Pero es que además, la mama en sí misma está totalmente desubicada de la posición anatómica correcta.. Por tanto, tenemos que plantear una mastopexia, elevación de la mama.
Mastopexia
Cuando realizamos una mastopexia, tenemos que reposicionar esa mama, recuperar la posición anatómica de la areola por encima del surco, tenemos que redistribuir el volumen de esa mama en base a la anatomía de la paciente y a su deseo de conseguir una mama más o menos joven, idealmente lo más adaptada posible a la edad de la paciente y lógicamente tenemos que recuperar la estabilidad.
Si en el caso en el que hablamos de la mamá que simplemente se había vaciado, hacíamos énfasis en la pérdida de la capacidad de soporte de las estructuras mamarias, con mucho más motivo tendremos que plantearlo en el caso en que la mamá ya claramente se ha caído.
Es decir, si esa piel, esos tejidos, no están siendo capaces de gestionar el peso de la propia mamá, tanto menos van a ser capaces de gestionar el peso del implante. Por ese motivo, vamos a plantear una estrategia combinada. Vamos a poner el implante en un plano retromuscular completo, de tal manera que, como decíamos antes, el pectoral se encarga de aguantar el peso del implante, pero es que además en esa maniobra de elevación de la mama vamos a practicar una mastectomía subtotal.
Lo que hacemos en una mastectomía subtotal es eliminar parte de la mamá, dependiendo de las características de cada paciente, adaptaremos la cuantía para sencillamente permitir que la piel sí pueda en el futuro gestionar el peso de la propia mamá y por tanto no se nos deteriore de forma acelerada.
Objetivos de la cirugía mamaria
Al final, como decimos siempre, el objetivo de la cirugía mamaria, tanto en el caso de secuelas de embarazo como en general cualquier procedimiento estético plástico reconstruictivo de la mamá, lo que vamos a buscar es:
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Embellecimiento inmediato y una continuidad cronológicamente coherente de ese resultado.
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La mama debe envejecer de forma coherente con el envejecimiento de la paciente.
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Valorar las consecuencias estructurales y la deriva anatómica para planificar la mejor estrategia
Lo que no queremos es que la mamá sea bonita de forma inmediata, pero como consecuencia de ese acto quirúrgico se nos deteriore de forma precipitada. Por tanto tanto tenemos que ser capaces de gestionar y de controlar las estrategias para determinar un buen resultado inmediato como ser capaces de gestionar esas mismas estrategias a largo alcance para permitir que la mama a futuro sea capaz de envejecer de forma coherente y cronológicamente razonable con el resto del envejecimiento de la paciente.
Tan feo va a ser que la paciente llegue a los 70 años con un aspecto mamario coherente con una edad de 40 años, como que a los 60 nos llegue con un aspecto mamario propio de los 80 años. Al final, lo que tenemos que conseguir es que la mama sea capaz de comportarse en un futuro de forma racional y alineada con el propio envejecimiento de la paciente.
La estrategia respecto a la corrección de las secuelas derivadas de un embarazo sobre la mama no difiere mucho de las estrategias que vamos a utilizar en otros muchos casos. Sencillamente vamos a tener que valorar qué consecuencias estructurales ha sufrido la mama, qué deriva anatómica se ha producido como consecuencia de esas alteraciones estructurales y, a partir de ahí, planificar la mejor estrategia para conseguir un pecho bonito, natural y que sea capaz de comportarse a futuro como todos esperamos.
Espero haber aclarado un poquito más la información a raíz en relación a esta cuestión y como sabéis siempre estamos a vuestra disposición para cualquier duda o planteamiento que pudierais tener. Como siempre, estamos aquí para atenderos porque ya sabeis que vosotras sois nuestra razón de ser.
Todo por y para vosotr@s.
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