Cirugía completa | Aumento de Mamas
El caso de hoy es un caso bastante habitual.
Se trata de una paciente joven que ha sido madre y, como consecuencia del embarazo y la posterior lactancia, sufrió una importante pérdida del componente graso de la mama.
La paciente acude a nuestra consulta refiriendo que quiere recuperar ese volumen perdido; quiere recuperar esa esencia que tenía antes del embarazo.
Circunstáncias a tener en cuenta en la cirugía de aumento de mamas
Básicamente hay dos circunstancias a tener en cuenta:
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La mama, si bien no está caída, evidencia una tendencia a caer y a perder su posición natural.
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Analizando los tejidos podemos comprobar que estos están un pelín debilitados.
Debemos tener en cuenta estas variables antes de poner implantes. Tenemos que comprender que vamos a aportar más peso al conjunto, por lo que, si no lo hacemos bien, pondremos en riesgo el correcto envejecimiento de la mama. Es muy importante analizar la mejor manera de evitar que el peso del implante condicione el futuro de la mama.
Os dejamos el video de la cirugía completa.
Cirugía de aumento de mamas
Vamos a hacer dos cosas:
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Colocar los implantes mamarios en un plano retromuscular completo; de esa forma nos aseguraremos de que el peso del implante lo va a gestionar el músculo, no la piel.
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Haremos una sencilla maniobra por la que “abriremos” el espacio virtual que existe entre la glándula y el pectoral. Eso permitirá que, por un lado, la glándula pueda reubicarse en una posición algo más favorable y, por otro, se forme un tejido cicatricial entre ambas estructuras que permita aportar cierta estabilidad al conjunto.
Como podéis ver en el vídeo, hemos progresado, atravesando la glándula, hasta el plano prepectoral y hemos expuesto el pectoral de la paciente. Procedemos a abrir un pequeño canal de acceso y nos colocamos detrás del músculo, una vez estamos en el plano correcto, disecamos el espacio necesario para que para poder ubicar el implante.
Tras ello, procedemos a colocar el implante que, a priori, hemos consensuado y considerado apropiado para la paciente.
Una vez tenemos el espacio definido y el implante colocado, procedemos a liberar la glándula.
Como veis, hemos ido disecando, manteniéndonos por debajo del pectoral, el espacio que consideramos apropiado para el tamaño del implante, guiándonos por las por las líneas que hemos marcado previamente, con la paciente de pié.
Lo siguiente será colocar el implante, acabar de acomodarlo bien y hacer los últimos ajustes en el bolsillo.
Pero antes, haremos una pequeña limpieza. Como habéis visto, el sangrado ha sido mínimo, pero siempre queda algún resto de sangre, algún coágulo, algo de grasa…, por eso hacemos un lavado de la cavidad. Después colocamos el drenaje.
Como sabéis, yo siempre en la cirugía mamaria dejo los drenajes, mínimo, 24 horas.
Una vez colocado el drenaje, ponemos el implante.
La primera parte de la cirugía está completada. Podemos observar perfectamente el pectoral a través del ojal por el que hemos introducido el implante; la prótesis queda totalmente cubierta por el músculo pectoral.
El siguiente paso consiste en liberar y abrir el espacio que queda entre el pectoral y la glándula; es un procedimiento que no nos llevará más de 5 minutos y permite que la glándula quede totalmente libre.
La idea es que, conforme la mama vaya evolucionando en el postoperatorio, se genere una cicatrización entre la glándula y el pectoral que permita que la glándula (que en condiciones normales tiene tendencia a caer) quede más afianzada. En definitiva, lo que estamos haciendo es proteger a la mama de su propia tendencia a “resbalar”.
El objetivo último es conservar una mama más joven a largo plazo.
Cerramos por diferentes planos:
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Primero la glándula
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Seguidamente el plano subcutáneo, un pequeño plano graso localizado entres la glándula y la piel
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Por último cerraremos la piel.
Como podéis apreciar, sin ser un volumen exageradísimo, hemos conseguido restaurar una mama de aspecto mucho más joven y, lo más importante, la hemos capacitado para que, a largo plazo, mantenga un aspecto más estable.
Es una paciente que tiene cierta tendencia natural a la caída; se puede apreciar, ahora que hay más tensión en la piel, la existencia de estrías en la piel. Es una piel un poquito debilitada.
Esta cirugía no solo tiene como objetivo el dar más volumen, también pretende que el resultado se mantenga durante muchos años y la paciente pueda disfrutar de su pecho durante un largo tiempo.
Completada la primera mama, pondremos unas tiritas para proteger la herida durante los próximos días.
Una vez finalizada la primera mama, vamos a repetir lo mismo en el otro lado.
Después de haber hecho la incisión en la piel hemos tunelizado un poquito el plano glandular para dejar expuesto el músculo pectoral de la paciente.
Abriremos un pequeño ojal y nos colocaremos debajo para abrir un espacio en el que posteriormente colocaremos el implante, que estará totalmente cubierto por el músculo de la paciente. Posteriormente, una vez colocado el implante, volveremos a liberar la glándula para permitirle que se reubique en una posición más firme, más alta, con lo que conseguiremos un perfil mamario un poquito más joven.
Una vez hemos completado esta primera parte, se puede apreciar como tengo el dedo justo debajo del pectoral; aprovechando las marcas que previamente hemos definido con la paciente de pie, vamos ajustando el bolsillo.
El bolsillo está creado por debajo del pectoral, lo sometemos a un lavado para arrastrar los restos de coágulos y grasita que hayan podido quedar, a pesar de que en esta cirugía el sangrado es pequeño.
En este caso debo añadir que la paciente tenía una ligera asimetría. La mamá derecha era un pelín más grande que la izquierda. Evidentemente, ya teníamos decidido compensar esa asimetría colocando un implante un poquito más grande. Concretamente con una prótesis 30cc más grande en este lado izquierdo. De esta forma compensamos esa sútil diferencia.
Finalmente, aseguramos que el implante queda bien ubicado, que no queda ningún pliegue anormal y que se posiciona perfectamente en el espacio que nosotros habíamos predefinido.
Ahora lo que haremos es esa pequeña maniobra de liberación de la glándula para intentar que se afiance en una posición un poquito más alta y compensar esa tendencia natural de la mama de la paciente a descolgarse ligeramente. Merece la pena proteger la mama frente a ese comportamiento futuro.
Debemos revisar los planos que hemos creado. El plano retromuscular, ocupado íntegramente por el implante, y el espacio que hemos generado entre medias, entre el pectoral y la glándula.
Lo que buscamos es que se produzca una cicatrización que nos estabilice la mama en una posición un poquito más alta y más joven.
Finalmente cerramos, abrimos los dos drenajes para ratificar que todo está en orden y completamos poniéndole sujetador y proceder a despertarla.
Nosotros, por sistema, hacemos que nuestros pacientes no salgan con vendajes. Salen directamente con sujetador lo cual les aporta dos cosas:
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Confort al despertar. No tienen esa sensación tan marcada de opresión por el vendaje, esa limitación del movimiento y, cuando llegan a planta, tienen cierta sensación de libertad.
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Les ayuda a perder el miedo a moverse.
Para mi es importante que la paciente, dentro de un orden, mantenga una actividad lo más normalizada posible. Parece que no, pero ir con vendaje y muy oprimida, al final les genera miedo, y sensación de restricción que no nos interesa para controlar el dolor.
Todo por y para vosotr@s.
Doctor Jose Mª Triviño
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