Mastopexia con prótesis | Parte 4 de 5
¿Qué variables debemos considerar para recomendar realizar una reducción de pecho (mastopexia) con o sin prótesis?
Para que os hagais una idea, deberiamos diferenciar la tipología del paciente en base a tres criterios:
1.- Lo que la paciente desea
2.- Las características intrínsecas de la mama
3.- La edad de la paciente
Evidentemente pueden haber muchas más, pero lo síntetizaremos para hacelo más sencillo.
¿Qué quiere la paciente que acude a la consulta y manifiesta que desea una mastopexia?
Cuando hablamos de deseo, hablamos, a grandes rasgos, de dos tipos de pacientes.
1.-Por un lado, nos podemos encontrar con la paciente que te indica, “doctor, quiero hacerme una reducción de mama y quiero que me quite todo lo que pueda”.
La paciente define claramente que desea una mama pequeña, lo más pequeña posible porque básicamente está cansada, le duele la espalda, se siente molesta, la incomoda para hacer deporte, etc…
En estos casos, tenemos que ser más conservadores, está claro es que no tiene demasiada lógica plantear la colocación de unos implantes. Pero no debemos perder la prespectiva estética, quitar demasiada mama puede no ser bonito, hay que buscar un punto de equilibrio.
2.- Por otro lado, podemos encontrarnos con el otro extremo, la paciente que te dice “me quiero hacer una reducción de pecho, pero no me quiero ver sin pecho porque yo ya estoy acostumbrada y me gusta lucirlo, llevar escotes, etc…”
Estas pacientes quieren una reducción, pero quieren mantener el volumen.
En estos casos, la utilización de unos implantes tiene todo el sentido. Si dejamos demasiado volumen los tejidos se van a ver muy castigados y el envejecimiento de la mama será más acelerado; si sustituimos parte de la glándula por un implante tendremos una mama de tamaño deseado, pero con un envejecimiento más controlado.
¿Cómo és la mama candidata a una mastopexia?
Este es otro escenario y hay que distinguir los siguientes supuestos
1.- Mamas muy glandulares. Estamos hablando de mamas que tienen una densidad muy alta, tienen poca grasa y mucha glándula mamaria. Este tipo de mama tiene dos características fundamentales:
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Pesan mucho: a igual volumen, la glándula pesa más que la grasa.
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Es una mama estructuralmente más firme y eso nos permite más juego. Son mamas con un deterioro tisular más controlado si bien, tienen una mayor variabilidad por estímulo hormonal.
La mama castiga más a los tejidos de soporte (piel), pero estructuralmente es más estable. Por ello, en estos casos, es un tipo de mama que nos abre más el abanico, siendo más susceptible de descartar la colocación de implante.
2.- Mamas muy grasas. Estas tienen mucha grasa y poca glándula.
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Menor peso a igualdad de volumen.
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Mama mucho más inestable, su capacidad estructural es menor, por lo que envejecerá de forma prematura. Es mucho más blanda y su menor firmeza hace que tenga mayor tendencia a la caída; eso nos da un menor juego. Tenemos que tener en cuenta, además, que la mama más grasa tiene una mayor repercusión en las oscilaciones de peso y es menos sensible al estímulo hormonal.
Con el mismo volumen, la piel sufrirá menos deterioro, pero la mama carece de soporte estructural. Son estos casos con menor capacidad de gestión y, por lo tanto, una mayor predisposición al implante.
Edad de la paciente que solicita una mastopexia
En este punto podríamos hacer una diferenciación en 3 grupos de pacientes:
1.- Pacientes jóvenes.
Aquí englobamos todas aquellas pacientes que, por edad, son susceptibles de ser madres. Mujeres de entre los 20 y 45 años aproximadamente.
Son pacientes que no han sido madres o que, habiéndolo sido, no descartan serlo otra vez, que tienen mamas que, en general, han sufrido poco, por lo que permiten bastante juego, y suelen ser más densas.
Por contra, son mamas en las que vas a tener que conseguir un resultado mucho más duradero; buscaremos prolongar la estabilidad de la mama. Es en esta franja donde el abanico de posibilidades es más amplio y dependerá mucho de cada caso concreto; ambas alternativas pueden ser válidas.
2.- Pacientes de mediana edad, entre 45 y 60/65 años.
Son aquellas pacientes que, a priori, ya han completado su maternidad y no se plantean volver a ser madres, que están llegando a la menopausia o ya la han sufrido, pero que tienen una actitud muy activa, que siguen deseando lucir su escote y sentirse bien; aún tiene mucha vida por delante.
En estos casos, nos encontramos con unas mamas que ya han sufrido un cierto deterioro y unos tejidos que ya no estan jóvenes, pero tampoco están excesivamente castigados. Son quizás esos casos en los que la colocación de un implante está más indicado.
3.- Pacientes de 65 años en adelante.
Se trata de mamas castigadas, con la piel muy debilitada y principalmente grasas; la parte glandular se ha reducido al mínimo.
En estos casos las pacientes sufren de dolores de espalda y lo que quieren es quitarse peso.
Por ello, en estos casos, como norma general, no suele ser indicado la colocación de implantes.
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